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domingo, 27 de septiembre de 2015

Los problemas de agenda de James Bond

Estamos en 2015 y a final de año está previsto que se estrene una nueva entrega del agente 007, titulada Spectre. Es la cuarta interpretada por Daniel Craig. Sin embargo 30 años atrás, en 1985, se estrenaba Panorama para matar, que fue la última incursión de Roger Moore en el personaje, y 10 años después, es decir, hace 20 años, en 1995, tenía lugar el debut de Pierce Brosnan en la piel del icónico personaje con el film Goldeneye. Una despedida y una llegada al personaje separadas por una década, que en principio no debería haber ocurrido pero son cosas que pasan cuando las agendas de productores y actores no cuadran.

Moore había manifestado su intención de abandonar el personaje tras el rodaje de Octopussy, pero los productores le convencieron para que lo interpretase una vez más, por lo que Panorama para matar es una despedida anunciada de Roger Moore al personaje por el que más será recordado. Además es la séptima película que hizo en la saga oficial de 007, lo que le convierte en el actor que más películas ha hecho en la piel del mítico agente secreto. Sean Connery también lo interpretó siete veces, pero la última fue en un remake de Operación Trueno bajo el título Nunca digas nunca jamás, distribuida por Warner Bros., totalmente al margen de la saga oficial.

Brosnan pasó con éxito la prueba de casting para sustituir a Moore, pero no fue posible por renovar a última hora su contrato en la serie de TV Remington Steele. Terminó con la serie en 1987 pero ese mismo año se estrenaba Alta tensión, el nuevo film de 007 con el rostro de Timothy Dalton, al que los productores habían tanteado unos años atrás, pero resultaba aun muy joven para el papel por aquel entonces. Sin embargo Brosnan se enganchó igualmente al mundo de los espías aquel año con El cuarto protocolo, compartiendo cartel con Michael Caine.

Alta tensión funcionó bastante bien, de manera que Dalton repitió con Licencia para matar, que no resultó tan bien como la anterior, pero que con el tiempo personalmente pienso que es un título a reivindicar dentro de la saga, con Robert Davi impecable como villano de la función. No obstante los productores quisieron contar de nuevo con Dalton para el siguiente proyecto pero éste se negó ya que había decidido volver al teatro. Así que finalmente le vuelven a ofrecer el papel a Pierce Brosnan, el cual durante esos años había estado haciendo TV movies y alguna aparición en la gran pantalla en títulos como El cortador de césped o Señora Doubtfire.

En 1995 se estrena Goldeneye, en la que se hacen algunas concesiones a lo políticamente correcto de la época. Bond ya no fuma y su jefe, M, es una mujer. Se le considera un dinosaurio de la Guerra Fría, pero sigue repartiendo estopa con la misma contundencia y elegancia de siempre. Curiosamente tanto el villano de Panorama para matar, interpretado por Christopher Walken, como el de Goldeneye, con el rostro de Sean Bean, tenían como mano derecha a sendas mujeres atléticas, sádicas y brutalmente violentas, interpretadas por Grace Jones y Famke Janssen respectivamente.

Por otra parte la incorporación de Moore al mítico personaje también dio algunos bandazos antes de enfundarse definitivamente el smoking de 007. Fue uno de los primeros actores en ser considerados para el papel cuando se inició la saga en 1962, pero por aquel entonces aun era bastante joven, por lo que finalmente se lo dieron a Sean Connery. Justo ese año, en que se estrenaba Dr.No, Moore comenzaba su andadura en el papel que lo lanzó a la fama: Simon Templar en la serie televisiva El santo, que permaneció en antena hasta 1969. Ya libre de compromisos en televisión se estrenó como sucesor de Sean Connery en la saga Bond con Vive y deja morir, en 1973. Connery ya había abandonado la saga tras Sólo se vive dos veces, siendo sustituido por George Lazenby en Al servicio secreto de su Majestad, y retomó el personaje una vez más en Diamantes para la eternidad persuadido por un astronómico salario ofrecido por los productores. El propio Connery dijo en su momento que Roger Moore sería el James Bond ideal.

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